Ronda

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Situada en y alrededor del profundo desfiladero de El Tajo, Ronda es una de las ciudades más antiguas de España. Su posición casi inexpugnable la convirtió en un bastión contra las tropas católicas en el siglo XV. Terminado en 1793, el Puente Nuevo que atraviesa el desfiladero de 30 pisos es una de las características más impresionantes de la ciudad. La arquitectura de la ciudad recibió su influencia de los romanos y moros que una vez gobernaron la zona. Ronda también alberga la Plaza de Toros, la plaza de toros más antigua de España, una arena que ha atraído a escritores que van desde Ernest Hemingway hasta Alexandre Dumas.

Esta localidad malagueña se asienta a ambos lados del Tajo de Ronda, un estrecho desfiladero de más de 150 metros de profundidad. Su casco antiguo ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Celtas, fenicios, romanos y árabes habitaban estas tierras, que fueron reconquistadas por los Reyes Católicos.

El casco histórico, de reminiscencias de la época árabe y de trazado medieval, se dispersa al sur del Guadalevín, mientras que la Ronda más moderna, la parte que surgió a partir del siglo XVI, se despliega al norte del curso de este río. Varios puentes unen las dos mitades de uno de los pueblos más interesantes de la ruta de los Pueblos Blancos, en el corazón de los cerros de Ronda, a pocos kilómetros de la Costa del Sol.

La llamada “ciudad de los castillos” se levanta sobre un mirador natural defendido en su punto más accesible por una ciudadela. Aún conserva sus murallas y las puertas más importantes que daban acceso a la ciudad. La Puerta de Almocábar (siglo XIII) daba acceso al lado sur de la villa, la Puerta de Carlos I data del siglo XVI, mientras que la Puerta de Exijara daba acceso a la Judería. La antigua ciudadela

En este entorno amurallado destaca la construcción gótico-renacentista de la iglesia del Espíritu Santo, mandada construir por Fernando el Católico para conmemorar la reconquista de Ronda. Otra gran obra religiosa es Santa María la Mayor, donde se combinan rasgos árabes y cristianos. En el sitio de un antiguo templo romano, los árabes construyeron la Mezquita Mayor de Ronda en el siglo XIII. De este período se conservan el arco del mihrab, decorado con estuco, y el minarete, transformado en campanario. En los siglos siguientes, su interior se enriqueció con decoración renacentista y barroca, como se puede admirar en su Capilla Mayor, coro y altares. El estilo mudéjar, con estucos y arcos de herradura, se aprecia claramente en el minarete de San Sebastián, posteriormente utilizado para el culto cristiano. Otro legado musulmán son los baños árabes, a orillas del río. Son del siglo XIII y están muy bien conservadas.

La arquitectura civil de Ronda se refleja en sus casas solariegas y pequeños palacios aristocráticos. Los palacios de Mondragón y del Marqués de Salvatierra, y la Casa del Moro son algunos de los deliciosos ejemplos para disfrutar. El primero de los palacios fue durante siglos residencia de reyes musulmanes y cristianos, y hoy alberga el Museo Arqueológico de la ciudad. En la antigua casa del Marqués de Salvatierra destaca un balcón de hierro forjado al más puro estilo rondeño. La Casa del Rey Moro, por su parte, cuenta con una decoración gótico-mudéjar y unos jardines colgantes, declarados Jardín Artístico. El Museo del Bandolero, el Museo de la Caza y el Museo Lara son otros atractivos que vale la pena considerar en este lado del Tajo de Ronda.

Los puentes árabes, viejos y nuevos

Tres puentes atraviesan el barranco de más de 100 metros de profundidad y conducen al otro lado de la ciudad. El puente árabe fue construido en el siglo XIV y daba acceso a las Antiguas Afueras. El llamado puente viejo se compone de un único arco de unos 10 metros de diámetro. Pero lo más emblemático de todo es el Puente Nuevo, colosal obra de ingeniería que une los barrios de Mercadillo y Ciudad. Data del siglo XVIII y sus cimientos se asientan en el fondo del barranco, llegando en algunos puntos a 98 metros de altura y 70 de longitud.

El antiguo Ayuntamiento, ahora Parador de Turismo, se encuentra en lo alto del acantilado y es un lugar excepcional para relajarse y disfrutar de las vistas. Su chef elabora sabrosas recetas locales como la perdiz guisada, el cabrito asado y la sopa de almendras. Entre los postres, las yemas de Ronda, las tortitas de miel y el queso de almendras son algunas de las sugerencias.

El Paseo de Blas Infante y el Mirador de los Reyes Católicos, junto a la plaza de toros (considerada la más antigua de España), son lugares excelentes para contemplar el paisaje que forma el río Guadalevín. En la parte más moderna del pueblo destaca la iglesia de Nuestro Padre Jesús y el Pabellón de la Virgen de los Dolores. La iglesia está construida en estilo gótico, con un destacado campanario renacentista. La ermita de la Virgen, por su parte, cuenta con una atractiva serie de esculturas manieristas que decoran sus pilares.

Ronda está lujosamente engalanada para sus fiestas, ocasiones ideales para venir a disfrutar de esta zona. Destacan las Fiestas de Pedro Romero, con corridas de toros a la antigua y una fiesta flamenca, como también lo son la Semana Santa, las fiestas en memoria de la reconquista cristiana y la Romería de Nuestra Señora de la Cabeza.

Los pueblos encalados, de origen árabe, de la sierra de Ronda combinan la arquitectura popular con un entorno natural llamativo. Otros pueblos, sin embargo, son famosos por sus ruinas fenicias (Jimena de Líbar) o restos romanos (Acinipo). Una esencia morisca, entre olivos y viñedos, es el rasgo distintivo de Algatocín o Atajate. La comarca de Ronda se encuentra en la Andalucía húmeda, donde la variedad de la vegetación da lugar a paisajes espectaculares, como el Parque Natural de la Sierra de las Nieves, la Sierra de Bermeja o los cerros de Sierra Crestellina. La costa malagueña está a un paso, ofreciéndonos un litoral donde Benalmádena, Fuengirola, Marbella o Estepona son los lugares más animados para el esparcimiento.